Manifiesto Theatrae en conmemoración del Día Mundial del Teatro 2012
Momento de la pereza en la obra "Los siete pecados capitales"/PEPEH
En tiempos de crisis y convulsos como en lo que nos encontramos todo cambia, evoluciona y se destruye para volver a construir sobre cimientos más fuertes. El teatro se encuentra en ese momento de cambio. Es necesario que el concepto y las formas en las que hemos trabajado los profesionales y no profesionales en este mundo se transformen, porque nos estamos dado cuenta que el actual modelo no funciona.
Las administraciones deben dinero a compañías profesionales, amateurs y asociaciones por el trabaja que se realizó, en ocasiones, hasta hace años. Las subvenciones aprobadas y el dinero con el que se contaba no llega, pero las actuaciones y actividades que se querían hacer ya están realizadas y con el dinero de aquellos que trabajan para llevarlas a cabo. Esto conlleva a que se juega, no solo la realización de futuras actividades y obras de teatro sino el espíritu de aquellos que saben que el teatro es una vocación, pero no sólo de la emoción se vive y come.
Por ello, y ante los recortes que siempre se hacen a cultura, las compañías, y cuando hablamos de compañías nos referimos a todo el conjunto de personas que hacen posible que el teatro viva, tomen la decisión de realizar espectáculos a taquilla en una sociedad y en localidades donde la cultura está menospreciada, no existe una tradición de asistir a ver obras de teatro, danza y conciertos de música o, simplemente, que aunque quisieran no pueden permitírselo, con todo el riesgo que ello implica y lo que supone, que en ocasiones, pagues por trabajar. Pero nos da igual, porque creemos firmemente en nuestras posibilidades, nuestra camino nunca fue fácil y nos acogemos a eso que muchos dicen de que tu trabajo vale la gente que entre a verlo, aunque no estemos totalmente de acuerdo en ello.
Pero hay algo que nos asusta. La visión y la forma que tienen los gobernantes de trabajar este sector. Nuestra asociación pensó, piensa y pensará, que la administración debe ayudar a que la cultura sea accesible a todos, porque no es algo que nos hayamos inventado nosotros sino que viene dado en el Capítulo Tercero, Artículo 44.1 de la Constitución Española de 1978. Sin embargo, programadores, directores, concejales y demás entes, en un afán por llenar los teatros o espacios públicos destinados a la cultura, están convirtiendo a ésta en algo privado y sectorial, con entradas desorbitadas, que hacen muy difícil en este momento poder pagar. Estamos de acuerdo en la necesidad de cobrar entradas, porque, aunque nos cueste reconocerlo, vivimos en una sociedad que piensa que sino cuesta algo es que no vale nada. Nos provoca una gran perturbación escuchar frases dichas con orgullo y el pecho hinchado como: “eh, y hay gente que ha entrado pagando entrada”. Cómo si el objetivo es que pagasen no que entrasen.
Sabemos del esfuerzo que se está realizando en Hellín desde hace unos meses para volver a tener una agenda cultural, y no sólo se están esforzando sino que lo están consiguiendo. Se ha devuelto a nuestra ciudad una Muestra de Teatro tal y como la conocimos en nuestros orígenes. Pero nos gustaría que no cayeran, en lo que a nuestro juicio es un error, en convertir la cultura en algo inaccesible e incumpliendo esa premisa: promover y tutelar el acceso a la cultura, a la que todos tienen derecho.
Para que la cultura siga siendo accesible nosotros, los ciudadanos debemos acudir a su llamada. Porque todos somos culpables y meritorios de lo que ocurre a nuestro alrededor.
Por último, queremos decir que nuestra asociación vive también una época de adaptación a la nueva situación en la que se encuentran inmersos sus componentes. Esto unido a la carencia de recursos económicos queremos desde este escrito disculparnos por la ausencia de celebraciones y actividades que solemos realizar desde hace cuatro años en conmemoración del Día Mundial del Teatro.
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