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martes, 18 de mayo de 2010

Tú que creces en el vacío...

Creces en el interior

y en las profundidadess te quedas,

ahogándote en tu propio ser.

En tu metamorfosis emanas

una luz que en vez de alumbrar

despita al visitante.


De cuando en cuando sales

y entonces te ves en los charcos difusos

que con ahogos trabajas.

Te avergüenzas y te marchas,

sin fuerzas para parar, sin fuerzas para crecer.


El día que por fin te rebeles,

formarás mares con tus entrañas,

terribles truenos sonarán

en la tormenta de esa boca

que te obliga a que te vayas.


Incubas la desesperación,

el recuerdo, el olor,

la negación,

el pecho que te abrazaba

y el tiempo que no pasa.