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viernes, 11 de abril de 2008

PETER Y EL MAR...

Otra vez estoy malita, buahhhh, eso me pasa por no hacer caso a los médicos y dejar de tomarme el antibiótico, pero es comprensible llegaba la semana santa, no creeis?. El caso es que mi garganta ha vuelto a decir basta y yo no he querido escuchar los avisos que me ha dado durante toda esta semana; y he salido de fiesta como si me fuera la vida en ello, disfrutando de mi vida de estudiante que no había disfrutado hasta ahora, mojándome los pies a las seis de la mañana en esa maravillosa playa. Lo sé, soy una caprichosa quería oler a mar, no a esa mentira de puerto de Alicante y me cumplieron el deseo, la gente que me conozca no podrá reconocerme pero Peter Pan se adueña de nuestros espíritus cada vez que estamos juntos. Wendy desaparece cada vez que me subo a ese coche o veo tus ojos, y solo aparece en momentos de arrepentimiento pero se va de la misma manera que llegó, volando. Ya dediqué un entrada a Peter y Wendy en febrero y no voy a darle más protagonismo en esta historia, aunque están patentes en cada gesto que hacemos, en cada lágrima que se marcha. Esa lágrima es el producto de lo que he llamado tantas veces choque entre sueño y realidad. No quiere que suene demasiado egocentrico pero... bueno da lo mismo, que importancia tiene contarlo o no y mi imagen puede salir gravemente perjudicada, jajaja, pero tengo la extraña sensación que me quedaré sola, y a veces no me importa, soy una persona a la cuál se le puede querer pero en un punto extraño de la relación se van, cómo si no pudiera ser, si entrara algún tipo de arrpentimiento, demasiado bueno para ser verdad... la vida es injusta, porque nos presenta a personas en el camino con las que no puede ser...

¿nos quedaremos entonces con la experiencia..? No lo entiendo, que me lo expliquen....

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