CÍNICA

Y me llamas cínica y a mí ¿qué?

Tus palabras hace tiempo que dejaron de hacerme daño, he aprendido a no escucharte y ha sido un aprendizaje doloroso y demasiado lento y rápido a la vez. Fue un mecanismo de supervivencia que desarrollé harta de llorar en la soledad de mi zulo, como tú le llamas, juré que nunca más por tí, aunque hay veces que el llanto se hace inevitable.

Mis primeras prácticas las realizaba en la cocina, yo secaba los cubiertos mientras tú te dedicabas a despotricar, cagarte en todos los santos habidos y por haber... Al principio intentaba defenderme dándote explicaciones del porque sí o del porque no. Pero lo único que conseguía era una subida en el tono y un alargamiento de la conversación casi infinita. Por ello he decidido darte el silencio por toda respuesta acompañado de una mirada ausente.

Pero hay veces que ya no puedo más y decido pasar a los actos. Actos que acaban por repercutirme a mí de manera negativa. Que me dices que el coche es tuyo, pues yo subo andando a trabajar cargada de mochila y al día siguiente subo a por ella. No me importa, así el aire me da en la cara, me renueva y me baja el cabreo. También tengo mis recursos y llamo a una amiga para que me suba. Gracias Carmen!

Dejo que en el camino hacia el autobús sueltes todo, quizás es una forma de terapia agradécemelo, y yo callo, callo, callo... Me despido de tí y me subo al autobús y antes de poner un pie en él ya he olvidado todo y jodida pero contenta me voy, porque mi mundo me está llamando.

Cada palabra tuya me hace más fuerte. "Tonta, todo en la vida se paga."

Y si te escribo en este blog, del cuál tú nunca sabrás de su existencia, es para recordarlo en un futuro cuando la debilidad llame a mi puerta.

"Jodida pero contenta,

tú me has doblao pero yo aguanto.
Dolida pero despierta,

por mi futuro.

Con miedo pero con fuerza,

yo no te culpo, ni te maldigo

cariño mío...
Y apartir de ahora y hasta que muera mi mundo es mío...

Mi mundo es mío."