RECUERDOS

Era un 15 de agosto del año 2005, las noches de verano eran casi tan aburridas como las tardes, el jardín de años anteriores había sido sustituido por el parque, y Almudena y yo sin mucho que hacer en esa noche decidimos ir a nuestra nuevo local de Seman Santa, vamos, a "la Peña"; no disponiamos de mucho dinero, lo más seguro es que no lleváramos ni un duro en el bolsillo, por tanto la cerveceza de garage la sustuimos por un porro que encontramos en el cajón sorpresa de la mesa. Supongo que el calor y demás hizo propicio la conversación tan "rallante" que mantuvimos; yo le propuse que escribiera algo en mi libreta (siempre llevo una libreta conmigo para que las ralladuras no se pierdan en el olvido). Hoy, casi tres años después, he releido aquel escrito y ha venido a mi mente toda la noche...

Tus palabras, en tono metafórico, hablaban del paisaje de un cuadro que todos te describían y embellecían pero que tú ni siquiera podías interpretarlo "sólo el reencuentro con ese paisaje me traerá el amor que me explicas, sólo la verde vegetación llenará los huecos de mi mente..."
¿Recuerdas la noche?
¿Recuerdas de quién hablabas? Decías que la realidad es personal e intransferible, como la interpretación de ese cuadro.
Cuánto nos ha cambiado nuestra realidad desde entonces, estudiamos fuera, nuestras circunstancias personales han cambiado; se han ido personas y han venido otras, no han ocupado el hueco que dejaron las primeras sino que han sabido hacerse el suyo propio; algunos de los miedos de entonces han desaparecido, otros persisten...como el cuadro.
Nuestra metafísica conversación de la noche terminó con el proverbio buista del sonido de un árbol caido y me decías, que ese haber existido (del árbol) es la luz del camino que debemos sequir y nos da esperanza...¿Lo recuerdas?

Pues sabes al llegar a casa seguí pensando en el tema (típico de mí, dejo mis dudas existenciales a la almohada) y escribí lo siguiente, que hoy 16 de enero de 2008 ve la luz por vez primera, no es gran cosa y casi que me da vergüenza, pero para mí es especial, al igual que tu relato, porque me evoca aquella noche y me aleja del olvido de ese verano.

"Quizás este mundo no está echo para que entendamos todo lo que en él ocurre. Quizás nuestra misión es comprender hasta donde los límites nos dejen y sentarse a observar los hechos a los que no le encontramos explicación; como si de una obra de teatro se tratase. Sin más comentarios que los de crítica y aprobación pero sin preguntarnos "¿cómo?".
Pero esa incertidumbre del ser humano, esa sensación de querer saberlo todo, es lo que quizás hace de esta vida un camino de sabiduría por las experiencias; un descubrimiento que provoque un constante ir y venir, dónde tras un problema resuelto nos salga al paso otro por resolver y así sucesivamente que hagan de la vida una constante evolución".

Cómo la que ha sufrido la nuestra desde entonces.
Gracias por compartir tus pensamientos conmigo, porque éstos son nuestros.