Página Principal

lunes, 18 de febrero de 2008

DEL GRAN PAUL AUSTER....


Otro amigo, R., me habló de cierto libro inencontrable que había estado intentando localizar sin éxito, husmeando en librerías y catálogos en busca de una obra supuestamente excepcional que tenía muchas ganas de leer, y cómo, una tarde que paseaba por la ciudad, tomó un atajo a través de la Gran Central Station, subió la escalera que lleva a Vanderbilt Avenue, y descubrió a una joven apoyada en la baranda de mármol con un libro en la mano: el mismo que él había estado intentando localizar tan desesperadamente.
Aunque no es alguien que normalmente hable con desconocidos, R. estaba tan asombrado por la coincidencia que no se pudo callar.
-Lo crea o no - le dijo a la joven-, he buscado ese libro por todas partes.
-Es estupendo -respondió la joven-. Acabo de termonar de leerlo.
-¿Sabe dónde podría encontrar otro ejemplar? -preguntó R.-. no puedo decirle cuánto significaría para mí.
-Éste es suyo -respondió la mujer.
-Pero ese es suyo -dijo R.
-Era mío -dijo la mujer-, pero ya lo he acabado. He venido hoy aquí para dárselo.
(Paul Auster)

No hay comentarios: