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viernes, 2 de mayo de 2008

ANA MARÍA DRACK...

Ana María Drack
Fué cofundadora del grupo de teatro independiente Los Goliardos.

En 1970 pasó al mundo profesional de la música. Entre muchas distinciones a lo largo de su carrera musical, en 1976 le concedieron el premio Record World International a la mejor compositora del mundo latino.

Como colaboradora del diario Información, del que recibió en 1997 el premio Importante, ha publicado alrededor de cien artículos: Cartas inéditas (1990-91), Diccionario Nostálgico (1991-92) y El Transeúnte (1992-93); y como poeta: Poemas con patatas y una margarita (FMP, 1984), Diario de un año sin Luna (Torremozas, 1988), y De dos en dos (Lunara, 1997). Su obra está representada en numerosas antológicas y transcrita al Braille.

Cuarto de hora es la selección personal de sus poemas entre 1968 y 1996. (sacado de su libro Cuarto de hora)

El 23 de abril escuché por primera vez sus poemas. El estilo coloquial y claro de esta pluriempleada de la vida unido a la fuerza de su melodiosa voz cambiaron la mediocridad de un 23 de abril, distinguiéndolo de todos sus antecesores y predecesores.
Ahí va una batería de poemas que he seleccionado de su antología.
Disfrutad de la lectura!.

Espejo mágico:

sé que no soy la más bella


ni la más inteligente


ni la más culta


ni la más alta


ni la más rubia.


Espejo mágico:


sé que no soy la más joven


ni la más amada


ni la más sana


ni la más delgada


ni la más afortunada.


Espejo mágico:


¿qué productos de belleza


usa Blancanieves?


Porque yo también vivo entre enanos


y como manzanas envenedadas,


pero no debe ser esa la fórmula.


(Diario de un año sin Luna)








A veces me da miedo


tenerte y que me tengas


por si uno de los dos


se marcha antes que el otro


y no existe un futuro


que nos una en las nubes


o que en otras galaxias


no se lleve el nosotros


y vayamos en fila de a tres


y sin mirarnos.


(Diario de una año sin Luna)




Te marchastes.


Era un día como todos los otros.


La gente por las calles


despertaba a la vida.


Abrieron tiendas. Coches


que embotellaban todo.


La vecina llevaba a sus hijos


al colegio. Los autobuses,


monstruos de cada utilitario,


eran dueños del paso


como todos los días.


Los obreros compraban


su billete en el metro.


Los grandes almacenes


comenzaban. Personas


que simplementen ajenas


a nuestro apartamento


seguían cual mecanos


su labor de costumbre.


El corazón pequeño


de las grandes ciudades,


casi nunca se entera


de lo que nos sucede.


Te marchastes.


Era un día como todos los otros.


Para mí comenzaba


la lucha en solitario.


Preparé el desayuno,


me fumé un cigarrillo


y deshice el futuro


que soñé en compañía.


(Poemas con patatas y una margarita)



Todos los días uno


paso lista a mis ídolos,


les quito el polvo


y huyo.


(Poemas con patatas y unas margaritas)






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