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jueves, 15 de mayo de 2008

SALTAR HACIA LOS SUEÑOS...


El 31 de mayo del 2006 tomé parte en el estreno de la única obra del autor murciano Jose Luís Castillo-Puche "El Muro", dirigida por Encarna Illán. La representación no hace referencia a ningún muro en concreto y a todos a la vez.

El texto representado, que no el escrito, sobrecoge por la angustia y el dolor que expresan. El coro presente durante toda la obra es una representación, un lamento, de todas aquelllas personas con nombre ausente que, en algún momento de su vida, han alzado la mirada, tejiendo futuros de azúcar, bajo la inmensa sombra de un muro.

¿Cuál es el último pensamiento antes de tomar impulso para saltar?. ¿Cuáles son los pensamientos que anteceden a ese último pensamiento?. El mismo, los mismos.

Si algo aprendí de esa obra es que los muros separan, escinden, disocian a las personas, las enfrentan a los demás y a sí mismas, son la son la alambrada en la que chocan nuestros sueños y nuestras ansias de felicidad.

Saltamos un muro creyendo que será la última vez que lo veamos, pero en el tanscurso de los días van surgiendo otros obstáculos difíciles de saltar. Creemos que los muros son las personas que hay a nuestro alrededor, porque vemos reflejados en los demás nuestras inquietudes y miedos. ¿Hasta cuándo vamos a consentir ese descenso a los infiernos?. Sin embargo, "cuando aquí tiran un muro, en otros lugares están levantando otros y siguen matando, quemando, torturando. Ahora mismo, mientras escribo estas palabras, en otros lugares, ejércitos terribles arrasan ciudades y las dejan reducidas a escombro, y matan a niños, mujeres y ancianos". Diría el coro de nuestra obra.

Pedimos la destrucción de muros en Oriente. Pedimos en su momento la destrucción de aquella construcción que separaba Alemania, separaba a Europa, y no observamos que no hace falta irnos a otros paises, lugares o tiempos para ver un muro que nos separa. Preguntadle al marroquí cuántos amigos han saltado, literalmente, de Marruecos a Melilla. Preguntadle a un español residente en Melilla si resuelve el problema de la inmigración la verja enmarañada. Y con esto, no reclamo más muros altos, resistentes e invencibles.

¿Por qué no dejamos de construir muros que separan a las personas y construimos soluciones para poder unir a esos mismos hombres y mujeres que con tanto ahínco forzamos a separar?.

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